viernes, 19 de junio de 2015

Al anochecer IV

_ Mira, Emma... Todo esto te puede puede ser difícil de entender tan pronto y la verdad, será mejor que eso lo veas por ti misma_ Me dice Leo con voz seria y con los ojos fijos en la carretera_ Sin embargo, te puedo decir que nos dirigimos a Gent, a casa de tus abuelos de hecho.

_ ¡¿A casa de mis abuelos?!_ Le pregunté con una mezcla de sorpresa y miedo en la voz. Ya hablaríamos más tarde de ese misterio que nadie me quiere contar.

_ Sí, ¿No te hace ilusión volver al lugar dónde nos conocimos?_ Vuelve ese tono fanfarrón. ¿Cómo ha cambiado de humor tan rápidamente?, hace menos de un minuto era la viva imagen de la seriedad. Con lo único que contesté fue con un resoplo de agobio que me salió desde lo más profundo de mi ser.

Pasaron un par de minutos antes de que volviese a decir algo, aunque abrió la boca un par de veces con intención de hablar, pero siempre la cerraba al instante.

_ Tus abuelos son una parte esencial en la ecuación, Emma. No puedo decir más.

Y así anduvimos en silencio prácticamente una hora o dos más. La verdad, me relajó bastante saber donde íbamos, aunque ir a casa de mis abuelos siempre me ha dado cierto "miedo". No son los típicos abuelos ya ancianitos que te achuchan y te dan comida y dinero a montones, para nada. Mi abuelo era un hombre alto y en buena forma, no llegaba a aparentar 50 años, y aunque suene exagerado, es así. Tiene el pelo de un colo blanco níveo brillante y majestuoso, sus ojos son del mismo azul oscuro que los de mi madre, solo que los suyos son más redondos y hundidos. Sus rasgos son marcados, pero no extremadamente severos. Y si hablamos de su personalidad, es un hombre realmente serio e imponente, pero a la vez bondadoso y justo. Mi abuela, por el contrario, es algo "hippie". Si en algo se parecen los dos, es que ella tampoco aparenta una edad mayor a 50 años. Deben tener algún pacto con el diablo ya que mi abuelo ya ronda los setenta y muchos y mi abuela solo tiene cuatro años menos que él. Físicamente, mi abuela también es una mujer que se la ve fuerte aunque no es muy alta y está algo delgada, tiene esa apariencia de mujer fatal. Su pelo aún no está teñido por las canas (supongo que porque se lo tintará o algo, sino tampoco me lo explico), y es de un color castaño miel, ondulado y a la altura los hombros. Sus ojos son rasgados y de un color pardo, entre el verde y el marrón. Y personalmente, es muy contraria a mi abuelo, ella es más permisiva y risueña, siempre tiene una palabra amable para decirte. También goza de un humor picaresco de vez en cuando, pero eso la hace ser quien es y no puedes evitar reírte con sus ocurrencias. Y si tiene algo en común con mi abuelo, es que ella también puede ponerse seria y da incluso más miedo que él.

Cuando quise darme cuenta de por donde íbamos, estábamos parando en un Área de servicio. No me había dado cuenta del hambre que tenía hasta ahora, pero claro, son casi las tres de la tarde. Llevamos cuatro horas de viaje y lo que nos quedaba para llegar allí.

_ Vamos a parar un par de horas para comer algo y descansar un rato, luego retomaremos camino y una vez pasemos la frontera buscaremos un sitio para dormir_ Dice Leo posando los ojos en mí.

_ Vale, ¿Cuánto trayecto nos queda para pasar la frontera?.

_ Nos quedan unas dos o tres horas más de camino, pero no te preocupes, se pasará rápido.

Después de comer fuimos a una especie de parque que había por la zona cerca de donde habíamos aparcado el coche. Era un sitio bonito la verdad, todo estaba cubierto de un césped verde pálido donde habían algunos bancos de piedra con cierto aire desgastado pero a la vez se veía bello, no sé si es que yo soy muy vintage o realmente tenía cierto encanto el sitio, pero me sentí atraída a observar aquél lugar, ojalá tuviese mi cámara a mano. No sé cuanto tiempo estuve callada observando el paisaje, pero me resultaba relajante, me hacía no pensar en lo duro que estaba siendo dejar toda mi vida atrás a saber por cuanto tiempo. Aún así, tener a Leo al lado me resultaba difícil, me recordaba que todo había cambiado para mí. Involuntariamente, me giré para mirarlo. No me había fijado en los reflejos dorados de su pelo, al Sol parecía ser rubio, aunque no se iba mucho de tono al natural, su pelo era de un castaño claro bastante bonito, la verdad. Y ...

_ Emma_ Me sobresalté con el tono desesperado de Leo y salí de mis ensoñaciones. Este se acababa de quedar paralizado mirando hacia nuestra izquierda, donde lo único que se podía ver era el descampado donde habíamos aparcado el coche, y bueno también habían tres hombres rondando la zona, que la verdad daban bastante el cante puesto que tenían todos la misma vestimenta, la cual constaba de una camiseta ceñida de un color verde oscuro y unos pantalones rectos de color negro, también llevaban cada uno a la espalda una funda que parecía ser de algún instrumento. Aunque eso no era lo que les hacía destacar en sí, más bien era el color plateado del pelo que los tres compartían. Los tres hombres estaban quietos formando un semicírculo y miraban en dirección contraria, donde se encontraba el restaurante donde acabábamos de comer y parecía que se dirigían hacia allí_ Corre, tenemos que irnos de aquí, sígueme y no digas ni una palabra_ Me dijo nervioso mientras se agachaba y me arrastraba con él_ Tenemos problemas, así que haz todo lo que yo diga y no digas ni una palabra, ¿Entendido?.

Le miré con los ojos desorbitados y con el pulso acelerado, aún así asentí y le seguí tan rápido como pude, aunque él iba demasiado deprisa y me costaba alcanzarlo. Le vi girarse un par de veces hasta que me agarró del brazo con fuerza y me llevó prácticamente a rastras con él. Nos dirigimos rápidamente hacia el coche y una vez dentro, arrancó y salimos pitando de aquél sitio.

_ ¿Quiénes son esos tres hombres?, ¿Por qué huimos de ellos?, ¿Qué quieren de nosotros?_ Le espeté a Leo con la voz a una octava más alta de lo normal.

Esperé un par de minutos su contestación, pero esta no llegaba y yo me estaba impacientando. Me giré con la intención de gritarle como una histérica, pero en ese momento vi que se giraba hacia mí.

_ Son mandados de la Organización y nos buscan a nosotros porque tenemos algo muy valioso, pero no puedo decirte más de momento. Solo limítate a seguir mis instrucciones_ Me contestó con un semblante serio y preocupado_ Por cierto, vamos a tener que cambiar de ruta y puede que tardemos un poco más.

¿Mandados de la Organización?, definitivamente no sabía en que me había metido y por qué, pero no me gustaba nada. Aún así, ya que estaba de lleno metida en estos líos, mejor estar preparada y que no me pille nada por sorpresa. Más que nada porque lo de estar de los nervios constantemente, no me sienta nada bien.

_ ¿Me puedes contar más sobre esa "Organización"?, me gustaría saber de que huyo y ya de paso poder defenderme por mí misma_ Le dije con mal tono. Lo que al instante me arrepentí, no quería hablarle mal tampoco, durante todo el día había dejado su faceta de idiota atrás y había cuidado de mí.

_ Ya hablaremos cuando te calmes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Hola chic@s! Si habéis llegado hasta aquí es que habéis leído la entrada que he escrito (cosa que me alegra mucho, mucho) por lo que solo me queda recordaros que vuestras opiniones son muy importantes para mí y estaré encantada de leeros y conoceros un poquito más, dicho esto, ¡No seáis tímidos! ^^